En el primer mes de 2019, el intercambio comercial bilateral con Brasil arrojó un leve superávit (USD 114 millones) y de esta forma es el segundo mes consecutivo en que la balanza sale de terreno negativo (en diciembre pasado la balanza comercial marcó USD 261 millones).
La mejora fue producto de un desplome de las importaciones argentinas (-43,7% i.a.) en un contexto de recesión económica y fuerte pérdida del poder adquisitivo, tanto en dólares como en pesos. Los rubros más afectados fueron los vehículos de pasajeros y de carga, tractores y autopartes.
Por su parte, las exportaciones mostraron un avance de 9,5% i.a., beneficiadas por la paulatina recuperación de la economía brasilera. A ello se sumó un tipo de cambio real más elevado, que a pesar de que el tipo de cambio nominal experimentó movimientos a la baja en el mes de enero, aún se mantiene en un nivel relativamente competitivo. Los principales avances fueron de vehículos de carga, trigo, gas y lácteos.
De esta forma, proyectamos para 2019 un saldo bilateral en la zona de equilibrio, con exportaciones que aumentarían en torno a 10% e importaciones que irían progresivamente moderando sus caídas para cerrar el año con una contracción próxima a 16%. No obstante, de materializarse la flexibilización del Mercosur -posibilidad dada a conocer por Macri y Bolsonaro en las últimas semanas- Argentina perdería su ventaja arancelaria y con ello nuestras exportaciones al país vecino se reducirían, afectando de este modo los resultados de la balanza comercial entre ambos países.