¿Cuál fue la inflación del primer mes del año?
Según el INDEC la inflación nacional alcanzó 2,9% en enero de 2019. Los rubros que mostraron las mayores subas durante el mes fueron Comunicación (+7,4%, por la suba del servicio telefónico), Restaurantes y hoteles (+3,7%, debido al comportamiento estacional por las vacaciones), y Otros bienes y servicios (+3,6%, como resultado del aumento en cigarrillos).
De esta forma, la variación interanual del Nivel General alcanzó 49,3%. Esta elevada cifra responde a los saltos disruptivos del tipo de cambio observados entre abril y septiembre del año pasado. La depreciación del peso impulsó los precios de los transables que, sumados a los aumentos de precios regulados, causaron que la inflación fuera la más elevada desde 1991.
¿Por qué se interrumpió la desaceleración de la inflación?
Luego de la implementación del control de agregados monetarios y la estabilización del dólar, la inflación mensual descendió en el último trimestre de 2018 desde un pico máximo de 6,5% en septiembre hasta 2,6% en diciembre. Sin embargo, la tendencia se revirtió a comienzos de 2019.
Este comportamiento fue resultado de los aumentos de Regulados (+3,4% mensual) -servicio telefónico, agua, transporte público y cigarrillos-, pero también por una nueva aceleración en el IPC Núcleo en enero (+3,0%, +0,3 p.p. respecto al mes previo) pese a que el tipo de cambio se mantuvo estable durante el mes pasado y ante la ausencia de aumentos en electricidad y gas (que tienen un impacto de segunda ronda en esta categoría). Esto refleja la inercia del actual proceso inflacionario en el cual una vez desaparecido el shock inicial -salto cambiario, aumentos tarifarios-, los precios continúan ajustando.
¿Qué pasará en los próximos meses?
Para los próximos tres meses de 2019 están pautadas las mayores subas de precios regulados del año: ajustes en las tarifas de gas y electricidad, en el boleto de transporte público y en el precio de las prepagas, la educación y los combustibles.
Adicionalmente, hacia abril comenzará la temporada alta de las negociaciones paritarias, en las cuales los trabajadores intentarán recomponer el poder adquisitivo perdido el año pasado. Los aumentos salariales que surjan de las mismas también impondrán presiones sobre los costos de las empresas impulsando, en particular, los precios de los servicios privados.
Por último, la estabilidad del dólar será clave para que no haya otra disparada en los precios. La elevada tasa de interés de las LELIQs ancló las expectativas de devaluación, convirtiendo a la estabilidad cambiaria en la herramienta de política monetaria más efectiva. Al calmar el precio de la divisa (tanto su cotización spot como futura), la desaceleración de los precios se dio de forma simultánea al recorte de tasas de interés nominales y reales.
Sin embargo, el calendario electoral podría ejercer nuevas presiones cambiarias producto de una mayor dolarización de carteras a medida que se acerquen las elecciones. En un escenario de mayor volatilidad en el frente externo, el tipo de cambio podría volverse poco sensible a aumentos de la tasa de interés, por lo que la inflación dependerá más de las novedades electorales que de la política monetaria, aunque la venta de dólares (por parte del Tesoro y el BCRA) podría ponerle un techo a la cotización de la divisa.