Sectorial

Desplome de la producción y venta de maquinaria agrícola

¿Qué pasó?

Según datos de Key Market, la fabricación de equipos agrícolas marcó su tercera caída al hilo (-35% i.a. en el tercer trimestre) y en los primeros nueve meses del año se ubica un 27% por debajo del nivel alcanzado en el mismo periodo de 2017. No obstante, en el tercer trimestre del año la dinámica de los diferentes segmentos fue heterogénea. Mientras que los tractores y las cosechadoras permanecieron en terreno negativo, las sembradoras y pulverizadoras automáticas experimentaron avances.

¿Qué explica la caída?

Particularmente en el tercer trimestre, al efecto negativo de la sequía se le sumó un contexto económico adverso que terminó por congelar la demanda interna y desplomar la producción de maquinaria agrícola. En agosto y septiembre reino la incertidumbre tras la corrida cambiaria y la estrepitosa suba de la tasa de interés  encareció el crédito y lo volvió escaso. Como la mayoría de los bienes durables, un alto porcentaje de la compra de equipos agrícolas se realiza a través del financiamiento (70%) y, particularmente en este sector, las tasas subsidiadas siempre fueron un motor indispensable. En este marco, las ventas al mercado interno cayeron 48% i.a. entre julio-septiembre y registraron la contracción más profunda desde la crisis de 2009.

¿Cuáles son las perspectivas?

En el último tramo del año, la producción de equipos agrícolas se mantendrá en rojo, pero en 2019 se verá una reactivación de la industria que vendrá de la mano de la recuperación del campo y de la mayor competitividad cambiaria que dejó el 2018. En primer lugar, las previsiones para la campaña en curso (2018/19) son más que alentadoras. Según la Secretaría de Agroindustria la intención de siembra de granos y oleaginosas supera en más de 5% el área sembrada en la campaña anterior y la producción podría alcanzar un nivel récord de 140 millones de toneladas (+25%). Mayor área y mayor producción se traducen en un incremento de la demanda interna de equipos que traccionará la producción local. En segundo lugar, el incremento en la competitividad precio de la maquinaria nacional tendrá un efecto positivo relativamente rápido en los segmentos de sembradoras y pulverizadoras. Dada la experiencia que tiene Argentina en siembra directa, la industria local tiene un alto grado de especialización en estos segmentos que le permite insertarse con mayor facilidad en los mercados agrícolas del mundo. Señal de ello es el crecimiento en el tercer trimestre de la producción de sembradoras (+7% i.a.) y pulverizadoras automáticas (+92% i.a.).

No obstante, las buenas perspectivas para el sector de maquinaria agrícola estarán atadas a la estabilización de la macroeconomía y con ello la baja de la tasa de interés. Si el costo de financiamiento no se reduce y la banca pública no ofrece créditos accesibles, difícilmente la demanda interna pueda despegar.



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